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ROMPIENDO EL SILENCIO-CONSTRUYENDO EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

El Pentágono y su ejército de delincuentes

El Pentágono y su ejército de delincuentes Cuanto más difíciles se le ponen las cosas a los militares gringos en sus guerras imperialistas, más se hace necesario echar mano del ingenio para lograr un nivel de reclutamiento acorde con las inagotables demandas del Pentágono.

Llevamos unos días viendo cómo EE.UU. implora más y más soldados para Afganistán ante unos países occidentales ya cansados de implicarse en las luchas neocoloniales del imperio. Parece que se espera una primavera calentita y que con la llegada del buen tiempo los combatientes afganos van a pasar a la ofensiva; en los últimos años los señores de la guerra y los talibanes no han cesado de rearmarse y de ganar en operatividad y eficacia.

Así, acaban de anunciar el envío de un contingente de más de 3.000 personas al país para completar un despliegue que ya alcanza los 27.000 efectivos, el mayor desde la invasión de 2001. Están visiblemente enojados con los europeos (menos con UK y Holanda), que declinan su participación en las zonas más conflictivas y en según qué tipo de operaciones.

Para mayor número de males, el Congreso usamericano acaba de aprobar una resolución en contra de los planes de Bush de enviar hasta 21.500 militares más a Irak como penúltima oportunidad para controlar el país. Aunque no tiene carácter vinculante, sí que pesará en la opinión pública: si la operación no sale bien, será la tumba republicana por una temporada a pesar de que ha habido desmarques significativos dentro de sus propias filas.

Pero ni eso es suficiente, el Jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Peter Schoomaker, ha afirmado que ello supone sólo “la punta del iceberg”, entre otras cosas porque las unidades que pueden enviarse estarán aún peor preparadas que las que ahora intervienen en Iraq. Según su parecer, todavía se demandan al menos otros 8 o 9.000 efectivos de combate y aún está por ver si hay salida militar posible al avispero en que se ha convertido la región.

Y todo ello sin siquiera pensar en la posibilidad de un ataque a Irán, lo que conllevaría un enorme esfuerzo adicional de reclutamiento. Eso no sería problema en un momento de euforia victoriosa y fervor nacionalista, pero en un momento en que se está perdiendo en todos los frentes y que se han derrumbado las mentiras usadas para justificar las invasiones, la leva no es algo sencillo. ¿Qué hacer pues? La fuente de permisos de residencia para extranjeros que buscan la nacionalidad gringa ya no parece ser suficiente para cubrir las demandas.

Así las cosas el ejército está otorgando: "dispensas a reclutas con prontuarios delictivos, o que tienen problemas médicos o bajo cociente intelectual". En épocas normales, a esas personas no se les permitiría servir en las fuerzas armadas. Entre las dispensas se incluyen exenciones por narcotráfico, delitos graves y faltas menores.

Los datos son claros como el cristal.Fuerzas armadas están sometidas a una increíble tensión, y la única manera que pueden llenar sus cuotas de reclutamiento es bajando los requisitos.

Cómo si no fuera poco con el historial delictivo del ejército imperial, ahora se dedican a llamar a filas a delincuentes y a personas con retraso mental. Ellos tendrán en sus manos la vida de miles de personas, estarán armados hasta los dientes con el mayor y más sofisticado armamento del planeta, harán turismo invadiendo no sé cuántos países más. Tiembla mundo.



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