La Resistencia iraquí ignora el plan de Bush

Un portavoz del contingente ocupante norteamericano admitió que tres militares de esa nacionalidad murieron en sendas acciones combativas aquí, en Nínive y en la explosiva provincia de Al Anbar, acorde con las precisiones, las cuales eluden referirse a heridos.
El soldado muerto en Bagdad fue destrozado en una emboscada explosiva, un método favorecido por los nacionalistas para equilibrar la desventaja en armas y equipos con las tropas ocupantes.
La madrugada fue todo menos plácida pues en Faluya, 50 kilómetros al sur de esta capital, una base castrense norteamericana fue blanco de tres obuses de mortero disparados desde una zona sin determinar, al igual que el paradero ulterior de los artilleros.
De momento se carece de precisiones sobre probables bajas del bombardeo contra la instalación, aunque boletines de medios noticiosos afirman que se escucharon varias explosiones, al parecer provenientes de un arsenal.
Llama la atención que los miembros de la resistencia puedan realizar este tipo de operaciones, cada vez más frecuentes, sin que las patrullas de las tropas ocupantes o del ejército gubernamental detecten el traslado de las armas y sus municiones.
Ese estado de cosas evidencia la incapacidad de las tropas estadounidenses y del nuevo ejército para controlar la situación en esta capital y, en general, en el país, incendiado por la insurrección hace tres años, desde el inicio de la ocupación.
Expertos dudan que la inyección en hombres y equipos solicitada por Bush y cuya aprobación en el Congreso está por ver, pueda yugular a la resistencia, cuyas filas tienen un venero de reaprovisionamiento humano casi inagotable dada su extensión
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