Cuba, antítesis del Capitalismo

El Capitalismo ─entendido en última instancia como el sistema que privilegia a la propiedad privada y al mercado, aupando las ganancias que generan las mercancías aunque vaya en detrimento del valor de uso de la producción y los servicios─, desde su emergencia ha sido y continúa siendo dañino para la triada persona-sociedad-naturaleza. Datos que actualmente se manejan en el seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU ─organismo poco sospechoso de afiliación Comunista) devienen prueba irrefutable.
Así se encuentra que, lejos de disminuir, la pobreza crece y se amplia la desigualdad entre los países y hacia el interior de las naciones, todavía más en las subdesarrolladas. Algunas referencias sirven para hacer la denuncia: en una población que rebasa los seis mil millones de habitantes, 2 600 millones de personas carecen de servicios de saneamiento; otras mil cien millones no tienen acceso a agua potable; al tiempo que paradójicamente cerca de mil millones de hembras y varones que viven en países desarrollados consumen alrededor de la mitad de la energía total, casi 2 000 millones de pobres no conocen todavía la electricidad; unos 850 millones pasan hambre todos los días ─física, ni hablar de la específica─; más de 800 millones son analfabetos y, como si fuera poco, 115 millones de niñas y niños no van a la escuela primaria ─una indiscutible amenaza para el capital humano que demandan los desposeídos.
A lo anterior se agregan otros nefastos elementos: mientras que el 50 % de la población mundial apenas cuenta con un 1 % de la riqueza, en el bando opuesto se encuentra que el 1 % de los habitantes más ricos del mundo posee el 40 %de la fortuna en las regiones del planeta. Todo esto ocurre en un orbe que gasta un millón de millones en armas y otro tanto en publicidad comercial.
Paralelamente, la ayuda a los países en desarrollo de las naciones ricas bajó por segundo año consecutivo en el 2007, lo cual pone en peligro los “Objetivos del Milenio” contra la pobreza, pues el aportede la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a los países más desfavorecidos descendió un 8,4 por ciento el año pasado ─apareció en el sitio www.eltiempo.com el 4/4/08.
En este mismo orden de ideas, analistas que no se cuestionan la viabilidad del Capitalismo, sin embargo reconocen los estruendos que el culto al Capital ha traído consigo. A modo de ejemplo, traigo a colación lo siguiente:
Justamente en medio de la pretensión del presidente George W. Bush de convertir fuentes de alimentos en biocombustibles, fue publicado “¿De nuevo ‘petróleo por alimentos’?”, firmado por el destacado Profesor estadounidense Paul Kennedy (www.elpais.com, 6/1/08), quien argumenta la insostenibilidad de políticas de tal naturaleza y, de paso, revela la certeza de las advertencias del compañero Fidel Castro contra los desatinos bushianos presente en sus reflexiones “Condenados a muerte prematura por hambre y sed más de tres mil millones de personas en el mundo” y “Regalo de reyes”, publicadas los días 29/3/07 y 16/1/08, respectivamente (www.granma.cu).
Un complemento de este pensamiento encontré en la Revista FUSION, donde aparece el título “Capitalismo y Desastres Naturales”, firmado por Marta Iglesias, con la siguiente inscripción: “Parece osado pensar que la tragedia que supone un desastre natural, puede convertirse en motivo de enriquecimiento para unos cuantos. Sin embargo existen ejemplos en el planeta que sugieren que el sistema capitalista aprovecha para imponerse el momento en el que los habitantes están en estado de shock”, y en el desarrollo del trabajo expone el porqué de lo anterior (www.revistafusion.com , enero/2008).
En consecuencia, requiere una transformación cuantitativa y cualitativa este escenario, incluyendo esclarecer la tesis del “Fin de la Historia” enarbolada por Francis Fukuyama en los finales del siglo XX(sobre él, ver: www.es.wikipedia.org). Se impone, pues, al menos un rápido recuento.
Tras la bancarrota del socialismo al estilo soviético, muchos se arrepintieron de su militancia marxista-leninista, mientras que crecía el coro a la crisis de las ideas de Marx, Engels y Lenin –visto el asunto en sentido peyorativo–. Entonces, como nunca resultó imprescindible ir a la letra misma de los clásicos de las ideas que han de portar los pobres de la tierra, y puntualmente revitalizar una enseñanza de Marx y Engels contenida en La Ideología Alemana:
“Para nosotros, el comunismo [y, por supuesto, el socialismo] no es un estado que debe implantarse, un ideal al que ha de ajustarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual. Las condiciones de este movimiento se desprenden de la premisa actualmente existente” –las negrita son del autor.
Al propio tiempo, se hizo indispensable elaborar definiciones operacionales de Socialismo, sobre la base de que lo más importante no es el nombre de un modelo de transformación socioeconómica e ideopolítica, sino el contenido que le acompañe; mientras que la vida confirma que el Socialismo es uno en su contenido y esencia, aunque disímil por su forma, como fenómeno en cada nación específica.
Quien escribe sostiene que Socialismo es el proyecto que, a partir de los mejores valores del pensamiento universal, en lo interno se aleja del predominio de la propiedad privada, básicamente desde una planificación que privilegie el bienestar de-con-para las masas populares, en una perspectiva de racionalidad, cuyo eje es la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de la persona; al tiempo que en lo externo se esfuerza por concretar la fraternidad, la dignidad, la equidad y la felicidad de todos los pueblos del Universo, en contracorriente con el egoísmo, el mercantilismo y el dogmatismo. Su viabilidad está sujeta –en medida considerable– a la calidad de su vanguardia ideo-política, a la capacidad de asimilación-creación del sujeto rector –incluido saber combinar dialécticamente lo autóctono con lo foráneo– y a la magnitud en la que el Partido dirigente sea carne-sangre-sudor-lágrimas-corazón del pueblo.
Es precisamente en este ambiente que el caso Cuba ilustra cómo es posible el combate por el Socialismo y en contra del Capitalismo, puntualmente por asistir a una atmósfera inédita en la Historia del Movimiento Comunista Internacional cuya formulación se presenta como continúa: visto el asunto al calor de la complejidad de su dinámica endógena, jamás pueblo alguno ha emprendido un proceso de positiva transformación de la persona y su entorno en medio de los factores exógenos que simultáneamente gravitan contra la mayor de las Antillas, a saber:
Múltiples y prolongadas agresiones yanquis vs. el pueblo cubano en las esferas militares, ideo-políticas y socio-económicas;una coyuntura económica internacional adversa, caracterizada por el crecimiento acelerado del costo de los alimentos y otras imprescindibles mercancías que compramos; y la necesidad de enfrentar las consecuencias de desastres climatológicos, de magnitud y frecuencia crecientes –como el que ocurrió en Baracoa, en el extremo oriental del país, el pasado marzo.
El antecedente más cercano al escenario que sucintamente acabo de describir data de algo más de tres lustros, momento en que por efecto del derrumbe del socialismo en Europa del Este ─específicamente en la ex Unión Soviética─ abruptamente Cuba perdió el peso fundamental de su Comercio Exterior, su poder adquisitivo cayó estrepitosamente y su PIB descendió en un 35 %. En tal contexto, se incrementaron las zancadillas del “Norte revuelto y brutal”.
Todo indicaba a la materialización del efecto dominó. Hasta el sabio norteamericano Noam Chomsky dudó sobre la marcha triunfal del Socialismo cubano, al decir en febrero de 1992: “En mi opinión, no hay nada en este momento que Fidel Castro pueda hacer para evitar que Estados Unidos se apodere de Cuba”, aunque apto seguido aclaró: “Quizá sea una exageración” (Ver: Noam Chomsky en La Jornada, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2002).
Sin embargo, las masas cubanas resistieron el extraordinario golpe, y paulatinamente remontaron la situación. En ello jugó un papel decisivo la voluntad y cultura de resistencia-creación del pueblo, amén de la claridad estratégico-táctica de la Dirección del Partido Comunista de Cuba (PCC), particularmente de su Primer Secretario, el compañero Fidel Castro.
Hoy por hoy, cubanas y cubanos disfrutamos de bondades que ni siquiera son sueños para la inmensa mayoría de los habitantes del planeta Tierra. Baste decir que tenemos educación gratuita, incluso para los estudios universitarios, extendidos ahora a todos los municipios del país, donde estudian más de dos tercios de los jóvenes entre los 18 y 24 años. Este dato sirve para explicar el porqué algunos estudiosos de la dinámica social certifican que Cuba es una suerte de país-universidad, aspecto que confirma nuestras potencialidades para convertir al capital humano en la principal fuerza productiva de la nación. Una muestra de esta afirmación usted la halla en el trabajo “Luz para Cuba y el mundo” (www.kaosenlared.net, 22/11/07).
Otros elementos positivos se encuentran en “Cuba: PIB y bienestar de la persona” (www.cubasocialista.cu, 26/11/07),lo que me libera de la necesidad de insistir en qué significa que tengamos hoy una esperanza de vida que se enrumba a los 80 años, que la mortalidad infantil sea de 5,3 por cada mil nacidos vivos y que las personas tengan igualdad de oportunidades para su desarrollo individual –racionalmente visto el asunto–. Informes publicados por Organismos Internacionales reconocen los indiscutibles logros de Cuba en el 2007:
• La Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO) concluyó en su informe anual, que Cuba es el único país de América Latina y el Caribe que cumplirá la Meta del Milenio de Educación para Todos, ocupando el primer lugar con un Índice Alto.
• El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su informe anual sobre Desarrollo Humano, clasifica a Cuba, entre los países con Desarrollo Humano Alto, siendo el país que con menos ingresos per cápita alcanza esta calificación. En ello inciden, entre otros, los indicadores de esperanza de vida al nacer y de educación.
• La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), al emitir su informe sobre el Panorama Social en América Latina y el Caribe, identifica a Cuba como el país de la región que más recursos destina de su Producto Interno Bruto para los gastos sociales, triplicando, como promedio, lo que destinan los países de la región a estos sectores.
Puntualmente, merece ser destacado un dato que expuso Cuba en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno efectuada en Chile, el 9 de noviembre de 2007: Las prisiones están siendo convertidas en centros de trabajo y de estudios, mientras la sociedad se prepara para recibir a los reclusos y brindarles el apoyo necesario y justo que requieren. Este programa comprende ya a todos los centros penitenciarios del país. Un joven preso es también responsabilidad de la sociedad y esta debe esforzarse por ayudarlo a rectificar su error.
El sostén de todo lo anterior se halla en el positivo balance de la economía socialista del archipiélago nacional, cuyo PIB en el 2007 creció 7,5 %, superando en 2,1 % al mostrado por el Sur del Río Bravo, donde Cuba logra el quinto lugar entre los 33 países que se computan por la CEPAL. Así lo hizo saber José Luis Rodríguez, ministro de Economía y Planificación, en la Asamblea Nacional del Poder Popular (www.granma.cu, 28/12/07). He aquí una muestra de la tendencia que exhibe la recuperación del país desde el 2004.
Respecto al plano exterior, tal vez lo más ilustrativo de la práctica del Internacionalismo de parte del socialismo cubano se encuentre en el sector de la Salud pública, especialmente alrededor de los resultados de la citada Operación Milagro; mientras que en el ámbito de la educación, el método educativo cubano Yo, sí puedo seha validado en más de quince países, con la correspondiente contribución a terminar con el analfabetismo en los pobres de la Tierra. Además, se reconoce la invariable posición de Cuba en defensa de los derechos e intereses del Tercer mundo, incluido su actual papel al frente del Movimiento de Países No Alineados.
Incluso el Canciller Felipe Pérez Roque, ante el Consejo de Derechos Humanos recordó que el año 2007 fue también el de la histórica victoria de Cuba en ese órgano de las Naciones Unidas, disfrutada y celebrada igualmente por todos los que admiran la firmeza y la honestidad con la que nuestro país ha enfrentado y enfrenta todavía la mentira y la manipulación mediática. Por cierto, allí sentenció: “Por eso ahora y no antes, hemos invitado otra vez a un Relator del Consejo y, si persiste el clima constructivo que hoy prevalece y no se reanuda la campaña contra Cuba, en el futuro invitaremos a otros”. “Por eso ahora y no antes, hemos firmado los Pactos Internacionales de Derechos Humanos”. “Por eso ahora y no antes, nos disponemos a trabajar seriamente para presentarnos en el 2009 al Mecanismo de Examen Periódico Universal” (www.granma.cu, 4/3/08).
No obstante, se impone eliminar serios problemas, errores y tendencias negativas. Se impone rectificar-perfeccionar el rumbo. Por esta senda, resulta imprescindible continuar la construcción de la invulnerabilidad militar, y todavía más y mejor la vinculada con los espacios socioeconómico e ideopolítico de la Revolución. Podemos y debemos ser más eficientes y ahorrativos, mandar nuestras chapucerías al basurero, luchar contra las indisciplinas, las ilegalidades, el delito y la corrupción, y contra las inmoralidades que están presentes y actuantes. Sin dudas, estos males dificultan el bienestar de nuestra gente.
Consecuente con la complejidad que vivimos en el archipiélago nacional, la Máxima Dirección de la Revolución está estudiando con profundidad nuestros complejos y difíciles problemas; está convocando a dirigentes y trabajadores de fila a identificar con precisión y valorar con profundidad cada problema en el radio de acción; y simultáneamente nos exhorta a un quehacer revolucionario con más organización, más trabajo sistemático y efectivo, más estudio y previsión a partir de una planificación basada en prioridades claramente establecidas –según el análisis realizado por el compañero Raúl Castro el pasado 26 de julio en Camagüey (ver: www.granma.cu, 27/7/07).
Puntualmente, “estamos examinando, por ejemplo, todo lo relacionado con la implementación oportuna de las ideas del compañero Fidel sobre la ‘progresiva, gradual y prudente reevaluación del peso cubano’ –son los términos exactos que empleó en marzo del 2005–. Al propio tiempo, profundizamos en el fenómeno de la doble moneda en la economía” –señaló el Presidente Raúl Castro en las conclusiones de la sesión constitutiva de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular en el Palacio de las Convenciones, el pasado 24 de febrero, precisando acto seguido:
“Estas cuestiones son realmente sensibles y complejas, cuando, como es nuestro caso, existe la firme voluntad de proteger e ir incrementando de modo paulatino los ingresos y ahorros de la población, en especial de quienes reciben menos.
“Para evitar efectos traumáticos e incongruencias, cualquier cambio referido a la moneda debe hacerse con un enfoque integral en el que se tengan en cuenta, entre otros factores, el sistema salarial, los precios minoristas, las gratuidades y los millonarios subsidios que actualmente suponen numerosos servicios y productos distribuidos de una forma igualitaria, como los de la libreta de abastecimiento, que en las actuales condiciones de nuestra economía resultan irracionales e insostenibles” (www.granma.cu, 25/2/08).
He citado a Raúl porque a mi modo de encarar el asunto en cuestión sus palabras expresan con claridad meridiana de qué estamos hablando. El tema no se soluciona desde un laboratorio, como algún pretendido sabio pudiera pensar y hacer propuestas raigalmente idealistas. Desatinado es dejar de reconocer que la construcción del Socialismo está en una fase temprana –exactamente en estado infantil respecto al Capitalismo, el que por lo menos data de más de quinientos años–, y que las peculiaridades del que se edifica en Cuba le conceden un carácter inédito. Entonces, hacemos bien con estimular el intercambio de ideas ─precisamente, desde el pasado 14 de marzo las páginas del periódico Granma cada viernes son ejemplo de ello.
El desarrollo del pasado VII Congreso de la UNEAC ─escenario de debates dignos de la mejor tradición cultural en la mayor de las Antillas─, revela que si antaño la mesa estuvo servida para situar el culto a lo mentecato y a la superficialidad ─fertilizantes para retroceder en sustancia ética y estimular aberraciones como la corrupción y cualquier forma de degradación humana─, el momento es propicio para aprovechar las valiosas energías de la intelectualidad revolucionaria en aras de amamantar las múltiples manifestaciones de la cultura de cubanas y cubanos e, incluso, de la humanidad toda. En correspondencia, reitero:
“En este contexto, el Socialismo en Cuba recibe una suerte de nuevo refuerzo. El optimismo se alimenta al poder evaluar en su justa medida lo sucedido en este Congreso. Hasta las ideas con las cuales se discrepen merecen atención. Abunda la sapiencia entre escritores y artistas del patio como para garantizar dejar a un lado lo superfluo y concentrarse en hacer todo lo que sea bueno para la persona y su entorno. Ello genera una sana satisfacción ─sin obviar que la rosa tiene espina” (ver “Fidel, la UNEAC y el Socialismo” en: www.kaosenlared.net, 5/4/08).
Igualmente, deviene refuerzo para nuestras perspectivas los acuerdos e indicaciones del VI Pleno del Comité Central del PCC realizado a finales de abril, ocasión en la cual el Segundo Secretario del Partido, compañero Raúl, a tono con las circunstancias nacionales e internacionales, en las conclusiones precisó: “La producción de alimentos debe constituir una tarea principal para los dirigentes del Partido, que es preciso estén conscientes de que en el presente y hasta donde es posible vislumbrar el futuro, es un asunto de máxima seguridad nacional” (www.granma.cu, 29/4/08).
A propósito del tema de los alimentos, deseo hacer un paréntesis para significar una paradoja entre la situación de la inmensa mayoría de países y la de Cuba:
Por un lado, se puede leer en el Portal Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas (ONU ─www.un.org) que el pasado 10 de abril el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, al inaugurar una reunión de la institución que él representa y el Fondo Monetario Internacional, señaló que en muchos países en desarrollo los pobres gastan hasta un 75% de sus ingresos en alimentos, por lo que el aumento de precio los afecta gravemente.
Por el otro, en Cuba, sin que se hayan alterado los precios minoristas cuando recibimos los mandados del mes a través de la libreta de racionamiento, el Estado subsidia los alimentos adquiridos en los hogares del archipiélago nacional por un monto que oscila entre el 62 y el 64% del total, lo que equivale a decir que por este concepto no están golpeados los bolsillos de cubanas y cubanos (ver: Verdadero precio del alimento subsidiado en www.trabajadores.cu, 12/05/08). A ello se suma el hecho de que ─por ejemplo─ está garantizado el arroz de la canasta básica en lo que queda del 2008 y más.
Retomando el asunto central que abordo, subrayo que es a través de un pensamiento dialéctico y sustancialmente revolucionario-creador, y de un quehacer acompañado de la sabia del poeta español Antonio Machado según la cual no hay caminos, se hace camino al andar, la manera de conquistar el cielo por asalto. Simultáneamente, un elemento debe quedar divorciado de la duda: aun cuando hayamos superados las limitaciones materiales que nos embargan, el éxito de nuestra marcha triunfal girará alrededor de la aprehensión de VALORES ─así, con mayúscula y negritas─ en infantes, adolescentes, jóvenes y adultos que convivan en este Verde Caimán.
Con todos estos presupuestos, resulta previsible un futuro luminoso en la mayor de las Antillas, todavía más si cubanas y cubanos creamos cada día una obra mejor, mayor aún en la magnitud en que adquiera cuerpo concreto el concepto de Revolución expuesto por el compañero Fidel el 1ro de mayo de 2000, particularmente “luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo” (www.granma.cu, 2/5/00). Así, la Revolución Cubana deviene paradigma en la lucha por un mundo mejor ─en última instancia, se trata de desterrar al Capital y sus manifestaciones.
Por aquí está el camino a través del cual Cuba construye la antítesis del Capitalismo.
Noel Manzanares Blanco
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