Hasta el próximo combate

Como bien Usted conoce, me estoy despidiendo de amigos y enemigos ya que he dejado la dirección de la BNJM para sumir nuevas tareas relacionadas con la cultura y la política en mi país…
Me despido con una mezcla de sentimientos encontrados. Los que tienen que ver directamente con Usted, o mejor dicho, con lo que Usted representa y para quienes trabaja, son de enorme satisfacción: he cumplido con gusto y orgullo el deber de enfrentarlos y desenmascararlos en todas las tribunas posibles, mostrando al mundo la magnitud de ese inmenso fraude llamado “bibliotecas independientes” en Cuba.
Pocas veces en mi vida he recibido una lección mayor de lo que significa la falacia e inescrupulosidad de quienes, por dinero, son capaces de mentir y manipular a la opinión pública de manera tan vil y reiterada, sin un átomo de dignidad ni decoro, como peones en la lucha despiadada contra la Revolución cubana que lleva a cabo el gobierno de los Estados Unidos. Pocas veces también, como en este caso, he comprendido que cuando el enemigo se ve obligado a mentir y actuar de esta manera es porque está desesperado, y tiene plena conciencia de su derrota.
Mi despedida, Usted bien lo sabe, es apenas transitoria. En mis nuevas funciones seguiré al tanto, día a día, de la manera ejemplar en que los bibliotecarios cubanos de verdad y sus amigos en todo el mundo, seguirán combatiendo los ataques del gobierno para el cual Usted trabaja, curiosamente el mismo que ha asesinado a más de un millón de civiles inocentes en Irak, culpable también de la quema de más de un millón de libros en la Biblioteca Nacional de ese país, y cuyo brazo represor interno, el FBI, sólo en el 2005 emitió 19 mil solicitudes de información a las bibliotecas públicas norteamericanas, para acceder de manera inconstitucional a los records de lectura de sus ciudadanos, como recién acaba de denunciar la American Libraries Asociation.
Cuente con que, junto a los bibliotecarios cubanos, seguiré combatiendo por todas las vías posibles a todo lo que se asocia con su nombre, por la cultura de mi país y por nuestros principios. Cuente con que la lucha continuará y que seguiré con gusto y orgullo disfrutando, como disfruto, de cada nueva victoria de la Revolución cubana, que tanto odio y frustración despierta en sus amigos, y tanta solidaridad y apoyo suscita entre los pueblos del mundo.
Hasta el próximo combate, Sr. Kent. ¡Hasta la Victoria Siempre!
Eliades Acosta Matos
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