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ROMPIENDO EL SILENCIO-CONSTRUYENDO EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Última hora: vaya par de chulos

Última hora: vaya par de chulos Todos son de la misma cuadrilla. Simulan graves discrepancias los dos partidos españoles -y las tienen-, pero en el fondo son de la misma ralea. El respeto exigido, la lección sobre la discrepancia dada por Zapatero a Chávez no deja de ser un gesto antide­mocrático e intolerante: la típica manera de erigirse en el árbitro de la elegancia no obstante haber tenido que sufrir Chávez toda clase de improperios y de descalificaciones de Aznar, de los miembros de su partido y de los medios afines a los dos partidos principales españoles. No se le perdona su puñetazo en la mesa sobre las mangancias de Repsol y de tantas otras empresas en aquel país y en otros iberoamericanos, y resulta que después de haber tenido que oír a Aznar sus insultos al mandatario venezolano y saber de su apoyo al golpe de Estado sufrido, ahora Chávez tiene que guardar las formas que gustan al rey y al señorito español.

Las acusaciones –que no insultos- hechas por Chávez no podían ser hechas sino justamente en una Cumbre donde estuvieran sus compinches. Hay diferencias claras entre una descalificación, un insulto y una acusación. Chávez acusa a Aznar, no le descalifica. La descalificación es un insulto menor. Mientras que la acusación es la imputación de un comportamiento indeseable, execrable o criminal. Zapatero se equivoca al hablar a Chávez como el maestro al alumno. Llamar asesino a Bush y fascista a Aznar se corresponde con la conducta de tales, la de fascistas, nazis y asesinos de dos pueblos asiáticos.

Chávez no ha descalificado a Aznar, como dice Zapatero en su intervención. Le acusa.Y el rey, no da muestras tampoco de tolerancia y diplomacia al mandar callar, en tono audible e imperioso, sin respeto, al primer mandatario de una nación soberana. Esos sí que son comportamiento intolerantes, inoportunos y des­mesurados. Esos sí que son exabruptos por parte de los dos fantoches principales de la política española presentes en la reunión americana. A Aznar hay muchas asociaciones que están tratando de que se le juzgue por su complicidades en la guerra de Irak y por apología de la sedición. Si Chávez hubiera denunciado a Aznar ante la justicia de su país por su contribución al golpe de Estado, no hubiera sido ninguna exageración. Ha llamado de todo a Chávez. ¿Quién puede decir, sin caer en la vulgaridad de la diplomacia exangüe, y cuando median tantísimas acciones en contra de un presidente que estaba esperando la ocasión propicia para desahogarse contra semejante desalmado ausente, que aquí, en ese acto, el gran ofensor no ha sido Chávez, sino Zapatero y el rey quienes han descalificado y apabullado a Chávez, mientras babosean con Bush, por ejemplo?



Jaime Richart (Para Kaos en la Red)

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